domingo, 31 de mayo de 2009

¡¡¡INDIGNANTE!!!

Los enfermos de cáncer tienen que someterse a radioterapia durante la madrugada por falta de aceleradores

Gran Canaria sólo dispone de tres aparatos frente a los siete que hay en Tenerife

Los hospitales generales de Gran Canaria Doctor Negrín y el complejo Materno-Infantil Insular disponen sólo de tres aceleradores lineales y ninguna bomba de cobalto para atender los 2.700 cánceres que cada año se diagnostican en la Isla. En cambio, Tenerife, cuya detección anual de cánceres está cifrada por la Consejería de Sanidad en 2.600, dispone de siete aceleradores lineales y dos bombas de cobalto distribuidas entre el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria y el Hospital Universitario de Canarias.


Estas desigualdades asistenciales en el campo de la Radioterapia es calificada por médicos representados en la Junta Técnica Asistencial del Doctor Negrín de "insoportable y vejatoria" y está causando graves complicaciones de salud, hasta el punto de poner en peligro la vida de los enfermos.


Además, añaden, está provocando una importante presión asistencial en los médicos de este servicio que "se ven obligados a prolongar las sesiones de radioterapia a los enfermos hasta las doce de la noche, y aún así tienen una lista de espera". Esa presión asistencial no la sufren los dos hospitales públicos de Tenerife, que atienden a sus enfermos oncológicos de ocho a tres de la tarde, carecen de lista de espera y cumplen un horario normalizado. Diariamente en el Negrín una media de 50 enfermos son radiados en el servicio.


inhumano. Los médicos denunciantes de la situación recuerdan que en varias reuniones de la Junta Técnica Asistencial han consensuado diversos escritos sobre la situación de Radioterapia que han sido remitidos a la consejera de Sanidad, Mercedes Roldós, y a los directivos del Negrín, "pero nunca ha habido respuesta". "Le hemos relatado la gravedad de las carencias con las que hay que atender a los enfermos". "Hay casos de enfermos con cáncer", sostienen, "que son sangrantes, inhumanos. Los hay que llegan de zonas alejadas de la Isla y se ven obligados a pasar seis o siete horas esperando un hueco para el tratamiento. Lo lamentable es que esas personas padecen luego náuseas, vómitos o dolor de cabeza, y en ese estado tienen que regresar a sus casas a altas horas de la noche".

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